La palabra logia tiene su origen etimológico en el griego (logos, en griego λóγος), usado para referir a la palabra, meditada, reflexionada o razonada; es decir, razonamiento, argumentación, habla o discurso. También se entiende como inteligencia, pensamiento o sentido. Junto con ethos y phatos configuran el sistema de reglas, que actúan en los diferentes niveles de la construcción de un discurso coherente y persuasivo.
Al comienzo del Evangelio de Juan, en su traducción de griego, se lee:
εν αρχη ην ο λογος και ο λογος ην προς τον θεον και θεος ην ο λογος
(En el principio era el logos, y el logos era con Dios, y el logos era Dios)
Logia también tiene una expresión en el italiano, la palabra “loggia” proviene de lenguajes más nórdicos como el fráncico (del norte europeo entre Bélgica y Holanda), “laubja” que definía un cobertizo enramado y del germánico “leaf” que refiere a la palabra hoja. En el sanscrito también, la palabra “loka” que se define como mundo, lugar, tiene correspondencia con la palabra logia.
Hoy día se usa, en la masonería, para identificar un grupo de masones que se juntan y el lugar o templo donde estos se reúnen. Quizá porque la palabra “loggia”, del italiano, refiere a un cobertizo formado por columnas que soportaban arcadas, que corresponde a un anexo que se levantaba al lado de la construcción y donde los canteros se reunían para transmitir el oficio a través de la palabra.
En todo lo expuesto aquí, hay muchas cosas que me asombran y maravillan, de cómo la masonería esta posada sobre todo una estructura coherente y concordante con los símbolos y la tradición primordial. Recordemos aquí frases como “de los trabajos a la recreación y de esta a los trabajos”, que claramente dice, aunque muchos no lo entienden así, que los trabajos no son en logia, en ella recreamos y trabajamos fuera de ella. En logia emulamos y posteriormente fuera de ella tratamos de poner en práctica lo emulado, en concordancia con el hecho de que en la logia, el gremio impartía la enseñanza verbal, como ya se expuso y no practica, que por supuesto se hacía en la obra.
También mirando la raíz griega, entendemos que en logia el gran valor es la palabra, que debe ser expresada correcta, coherente y persuasivamente, para que tenga concordancia con su origen. Así mismo, quien escribe es el secretario únicamente, ya que es responsable de la memoria o la historia de la logia, todos los demás usamos la palabra como espada, que acoto aquí, no es casual que sea de doble filo.
Curioso para mi es observar que el origen italiano, nos ubica en un cobertizo sobre columnas, tal como es ahora en los templos, aunque las columnas están, en muchos casos, puestas como símbolos en las paredes de la logia, son reminiscencias de aquellas que eran de uso en la Italia de los canteros.
Volviendo a la palabra dicha, es importante observar que, por ser la logia el escenario del logos, es allí donde están abiertos los canales para que la transmisión de boca a oído, se pueda dar sin obstáculos, entre los actuantes. Y aquí digo “se pueda dar” intencionalmente, porque no es fácil de lograr, ya que nuestros egos, ponen poses constantemente para que no fluya abiertamente ese aliento divino entre los participantes de la experiencia de estar en logia. También observo que, esta no es cualquier palabra dicha, es el logos, el ethos y el phatos trabajando en armonía lo que produce esa palabra, que puede ser aliento divino y que se constituye en transmisión de la tradición y enseñanza/aprendizaje del oficio, de aquellos que, por estar cualificados, están en logia.
Si logos, ethos y phatos trabajan armónicamente en el discurso, se hace realidad la frase del evangelio de Juan, que señala que “en el principio era el logos y el logos era con Dios, y el logos era Dios”; es así como, la logia es el escenario natural para que se dé la manifestación de Dios a través de la palabra hecha discurso.
Hasta aquí la logia parece ser un lugar intimo, que expresado en el mundo manifestado, es una estructura física que llamamos templo. Pero, si esa es su expresión en el mundo manifestado, cabe entonces preguntar, ¿Cuál es entonces el verdadero templo, la verdadera logia?, y la respuesta aparece, diáfana y clara frente a nosotros. ¿Dónde somos verdaderamente abiertos e indiscutiblemente dispuestos?, ¿Dónde puede estar ese “loka” del sanscrito?.
Así como estas, muchas otras preguntas se me ocurren para encontrar ese templo íntimo, donde no podemos mentirnos, ni siquiera a nosotros mismos. Para mi entender, la logia es el propio cuerpo humano, nuestra logia es nuestro propio cuerpo, pues solo él es íntimo y “a cubierto realmente de toda indiscreción profana”. Esa logia que es una representación del mundo manifestado, pero de manera ordenada, es un reflejo de nuestro propio interior; que se hace logia cuando está en orden, cuando está en armonía, cuando la inteligencia, la sensibilidad y la pasión se alinean y ordenan nuestro mundo interior, produciendo el logos, que compartimos con nuestros QQ:.HH:. y que nos hace uno; justificando la logia (el templo físico), como reflejo del verdadero templo interior.
Podemos incluso ir más allá y afirmar que la logia, al ser reflejo del mundo en orden, integrada por QQ:.HH:. en orden, no es más que una representación o reflejo de un mundo ideal, un mundo totalmente armónico, donde tanto los objetos, como los sujetos que la integra están en orden o en armonía, con lo cual una logia idealmente constituida así, es una representación o un reflejo del paraíso, del jardín del Edén, donde todo es armonía y nada es discordante.
Lo expresado ahora me hace pensar en una relación, que ordenada parece ser como sigue:
Mundo manifestado à hombre Profano à cualificación (iniciación) à Hombre en emulación à mundo Emulado (Logia) à Paraíso
Si somos acuciosos veremos que esta es una vía de retorno al paraíso, una vía que tiene que ver con el orden con la armonía, armonía que comienza justamente con el logos, que visto así se nos presenta como una puerta de acceso, cuya llave no es otra que la cualificación y el trabajo de la emulación en los talleres o logias.
Nicolás Quiles
M:.M:.P:.M:.
R:.E:.A:. y A:
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